La palabra quantum es una alegoría tomada del latín. A partir de 1900, cuando fue empleada por primera vez en física, la idea tomó cuerpo y después de un cuarto de siglo dio lugar a la teoría más fundamental de las ciencias naturales. El presente texto busca convencer al lector de que el término, trasladado al ámbito educativo, puede tener efectos igualmente revolucionarios, más allá de aquellos que son obvios, derivados de las aplicaciones de esa teoría en las TIC (tecnologías de la información y la comunicación).   Por otra parte, el recurso de las TIC no puede convertirse en sustituto de la educación; bien manejadas, deben servir al propósito de potenciar capacidades cognitivas, afectivas y ejecutivas que desarrollen talento, ingenio y creatividad (TIC), tres características latentes en la inteligencia humana desde la infancia que pueden perderse si el maestro no utiliza las estrategias pedagógicas y metodológicas apropiadas. Así, se considera que la alegoría de los efectos cuánticos, en particular los de superposición, tunelamiento y entrelazamiento, de difícil observación en el mundo cotidiano, llevada al extremo en el caso de las motivaciones, emociones y afectos, puede ser un buen punto de partida para generar un nuevo paradigma educativo. Por último, se trabajará el papel de algunas de las denominadas tecnologías emergentes NBIC en la educación.