Antes de Johann Gregor Mendel y la presentación de su obra "Experiments in plant hybridization" (1865), existieron diversos experimentadores que trabajaron con variedades de plantas y razas de animales de diversas especies, con el fin de obtener organismos con atributos deseables por su valor estético, económico y alimentario. Sin embargo, no lograron establecer principios generales. Mendel por su parte, poseía una formación académica sólida y de manera excepcional elige al chícharo Pisum sativum como sistema experimental. La especie posee diversas ventajas, tales como: acceso fácil a numerosas variedades comerciales, costo bajo, ciclos cortos y requiere de espacios pequeños. Mendel confirmó que fueran líneas puras, hizo diseños de cruzas experimentales que llevó a cabo, recolectó miles de datos obtenidos a partir de cientos de individuos, organizó la información recabada y la analizó. A partir de los datos logró establecer conclusiones brillantes e hizo las inferencias que hoy se conocen como las leyes de la segregación y la distribución independiente de los caracteres dominantes y recesivos, términos que él mismo aplicó. Los experimentos son reproducibles y se pueden hacer predicciones de los resultados esperados. Los principios siguen vigentes y son aplicables a todas las especies diploides con reproducción sexual. Durante el siglo XX se conocieron diversas excepciones a las leyes, que no las invalidan, sino que amplían el espectro de los mecanismos genéticos conocidos, entre los que destacan: la dominancia incompleta, ligamiento de genes, interacciones génicas, entre otras. Es notable que hasta la década de 1990 se llegaran a conocer algunos de los mecanismos moleculares que intervienen en la expresión de las cualidades mendelianas de los chícharos. Las aplicaciones de las leyes de Mendel son vigentes y de enorme utilidad en los campos de la Genética humana, Genética animal y de plantas. Un ejemplo notable es el catálogo de rasgos y desórdenes mendelianos de Victor A. McKusick "Mendelian Inheritance in Man" (MIM) con doce ediciones publicadas entre 1966 y 1998, así como su versión en línea OMIM. También son destacados los cientos de caracteres mendelianos que son conocidos de la mosca Drosophila melanogaster y de numerosas variedades de maíz. Sin embargo, hasta la fecha se han estudiado las cualidades mendelianas de pocas especies, en relación con los miles que se estima habitan el planeta: vertebrados (56 mil), moluscos (80 mil), plantas (276 mil) y cientos de miles de otras formas de vida. Por lo tanto, la Genética mendeliana tiene mucho que aportar al conocimiento de la biodiversidad conocida y de la que falta por descubrir.