Desde tiempos inmemoriales, lo característicamente humano, lo que ha originado las civilizaciones es la capacidad de transmitir la acumulación individual y colectiva de conocimientos, comportamientos e instrumentos, a través de una formación inicialmente familiar complementada por instituciones cada vez más especializadas en conservarlos y desarrollarlos. Las civilizaciones se transmiten y se transforman a través de la educación. Los modelos de crecimiento han demostrado que es la capacidad de absorber y crear conocimiento lo que explica la velocidad de desarrollo de los países. Los recursos naturales e incluso la inversión en capital instrumental solo desarrollan un país si su gente es capaz de aprovecharlos inteligentemente y hacerlo con instituciones capaces de generar y exigir un conjunto de normas y comportamientos que permiten universalmente el disfrute de las libertades colectivamente formuladas y exigibles. La Misión de Calidad de la Educación para la Equidad, una alianza entre el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) y la Secretaría de Educación de Bogotoá, implementó durante el año pasado consultas con académicos, empresarios, grupos de interés y comunidad educativa.