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Peer reviewed
  • Practical management of cum...
    Wright, Andrew J.; Kyhn, Line A.

    Conservation biology, 04/2015, Volume: 29, Issue: 2
    Journal Article

    Human pressure on the environment is expanding and intensifying, especially in coastal and offshore areas. Major contributors to this are the current push for offshore renewable energy sources, which are thought of as environmentally friendly sources of power, as well as the continued demand for petroleum. Human disturbances, including the noise almost ubiquitously associated with human activity, are likely to increase the incidence, magnitude, and duration of adverse effects on marine life, including stress responses. Stress responses have the potential to induce fitness consequences for individuals, which add to more obvious directed takes (e.g., hunting or fishing) to increase the overall population-level impact. To meet the requirements of marine spatial planning and ecosystem-based management, many efforts are ongoing to quantify the cumulative impacts of all human actions on marine species or populations. Meanwhile, regulators face the challenge of managing these accumulating and interacting impacts with limited scientific guidance. We believe there is scientific support for capping the level of impact for (at a minimum) populations in decline or with unknown statuses. This cap on impact can be facilitated through implementation of regular application cycles for project authorization or improved programmatic and aggregated impact assessments that simultaneously consider multiple projects. Cross-company collaborations and a better incorporation of uncertainty into decision making could also help limit, if not reduce, cumulative impacts of multiple human activities. These simple management steps may also form the basis of a rudimentary form of marine spatial planning and could be used in support of future ecosystem-based management efforts. La presión humana sobre el ambiente se está expandiendo e intensificando, especialmente en las áreas costeras y de litoral. Los principales contribuyentes a esto son el impulso para tener fuentes de energía renovable en el litoral, las cuales se consideran como fuentes de energía amigables con el ambiente, y la demanda continua de petróleo. La perturbación humana, incluido el ruido que se asocia globalmente con la actividad humana, probablemente aumente la incidencia, magnitud y duración de los efectos adversos sobre la vida marina, incluyendo a las respuestas de estrés. Estas respuestas tienen el potencial de inducir consecuencias de adaptación para los individuos, lo que se añade a problemas más obvios y directos (es decir, la caza o la pesca) que incrementan impacto general a nivel de población. Para cumplir con los requerimientos de planeación espacial marina y manejo con base en ecosistemas, actualmente se llevan a cabo muchos esfuerzos para cuantificar los impactos acumulativos de todas las acciones humanas sobre las especies o poblaciones marinas. Mientras tanto, los reguladores enfrentan el reto de manejar con poca guía científica estos impactos que interactúan y son acumulables. Creemos que hay apoyo científico para nivelar (a un mínimo) el nivel de impacto para las poblaciones en declinación o con estados desconocidos. Esta nivelación puede facilitarse por medio de la implementación de ciclos regulares de aplicación para la autorización de proyectos o evaluaciones de impacto programadas y agregadas que consideren simultáneamente proyectos múltiples. La colaboración entre compañías y una mejor incorporación de la incertidumbre al proceso de toma de decisiones también puede ayudar a limitar, sino es que a reducir, los impactos acumulativos de múltiples actividades humana. Estos pasos sencillos de manejo también pueden formar la base de una forma rudimentaria de planeación espacial marina y puede usarse como apoyo para esfuerzos futuros de manejo basado en ecosistemas.